Por Adilson Araújo, presidente de la CTB
El sábado 19 de junio se convirtió en una fecha emblemática e histórica. Luego, de completarse 900 días de gobierno de Jair Bolsonaro. El balance principal de la administración neofascista fue revelado por otro número desastroso. El mismo día, Brasil alcanzó la terrible marca de medio millón de muertes por covid-19.
El presidente podría y debería haber hecho una declaración deplorando las 500.000 vidas de brasileños cortados por la enfermedad y aprovechar la oportunidad para disculparse con el pueblo brasileño. Pero no lo hizo. Continúa con la conducta delictiva de desalentar el uso de vacunas, difundir mentiras y defender la denominada inmunización colectiva.
Ese mismo día, la Casa Civil de la Presidencia difundió un documento elogiando los supuestos logros del gobierno, titulado cínicamente “900 días: en la senda de la preservación de la vida y la recuperación de la economía”.
El texto ignora el genocidio configurado en 500.000 muertos, los retrasos en la compra de vacunas, la guerra contra gobernadores y alcaldes contra el distanciamiento social, la promoción de aglomeraciones, así como el paro masivo, el hambre y la caída de los ingresos. “Yo diría que este documento es gigantesco y descarado”, definió el senador Humberto Costa (PT-PE).
Pero, por el contrario, fue el mismo sábado 19 de junio que el pueblo brasileño salió a las calles en todos los estados de la federación y en el Distrito Federal para expresar con todo vigor el sentimiento mayoritario en el país. Cerca de 750 mil personas asistieron a la convocatoria de las centrales sindicales y movimientos sociales para la protesta.
Los gritos de “Fuera Bolsonaro” y “Fuera Genocida” dominaron las principales calles y avenidas brasileñas en ese día emblemático. No hagas eco en vano. El CPI de Covid también avanza en la investigación de los delitos cometidos por el actual titular del “Palacio de Plan Alto”, cuya mala gestión debe ser detenida lo antes posible por el bien del pueblo y la nación brasileña, que está siendo degradada y destruida sin piedad.
Es urgente dar un basta y este fue el mensaje principal que se dibujó en las calles el 19 de junio. Las protestas no terminarán hasta que se logre el objetivo de los manifestantes.
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